Tendinitis: qué es y cómo se produce

¿Qué es la tendinitis?

La tendinitis es una inflamación o lesión del tendón, que es una fibra encargada de unir el músculo al hueso, como una cuerda.

Se caracteriza por el dolor y la inflamación del tendón y puede afectar a cualquier parte del cuerpo; sin embargo, la tendinitis es más frecuente en el hombro, la muñeca, la rodilla y el tobillo.

Los tendones ayudan a controlar y transmitir la fuerza de los músculos, lo que hace posible que nuestros huesos se muevan. Así, la tendinitis puede dificultar e incluso imposibilitar el movimiento del paciente.

Tipos de Tendinitis

Los tipos más comunes de tendinitis son:

Tendinitis del hombro (tendinitis del manguito de los rotadores)

La tendinitis del hombro es la inflamación del tendón del hombro, que provoca dolor intenso, sensibilidad al tacto y dificultad de movimiento por la rigidez de la articulación.

Suele ser más frecuente en personas que practican deportes como la musculación, el tenis, la natación, el voleibol, el balonmano, el baloncesto y el crossfit. No es de extrañar que la tendinitis del manguito rotador se llame también «hombro de tenista».

En algunos casos, requiere inmovilización con un cabestrillo para la recuperación total y fisioterapia.

Tendinitis de la rodilla (Tendinitis rotuliana)

La tendinitis rotuliana es una inflamación de la rótula, una de las estructuras que forman la rodilla. También llamada «tendinitis de la rodilla», suele afectar a personas que fuerzan la rodilla con constantes saltos y carreras, como cuando juegan al fútbol, al voleibol, al baloncesto, al crossfit y al atletismo.

Sin embargo, la tendinitis rotuliana suele ser aún más frecuente en personas con sobrepeso y obesidad y/o sedentarias, debido a la sobrecarga de peso que soportan las rodillas, que no suelen ser lo suficientemente fuertes como para soportar esa carga. En los casos graves, es necesario operar.

Las personas con pies planos y caderas anchas (como algunas mujeres) tienen un mayor riesgo de desarrollar una tendinitis rotuliana, debido a la desalineación de otros miembros inferiores con las rodilla.

Tendinitis del pie (tendinitis de Aquiles)

La tendinitis de Aquiles se conoce como tendinitis de Aquiles o tendinitis del calcáneo. Es una lesión inflamatoria que afecta al tendón de Aquiles, es decir, al tendón que une el talón con la pantorrilla.

El dolor suele notarse sobre todo al caminar y al ponerse de pie, porque son movimientos que fuerzan la región afectada.

Este tipo de tendinitis puede producirse por el uso frecuente de calzado inadecuado sin elevación del talón, además de por la debilidad de los músculos de la pantorrilla o por la sobrecarga en el entrenamiento (como el entrenamiento con pesas).

Vale la pena mencionar que la elevación del talón no implica necesariamente el uso de tacones altos, sino de zapatos que tienen alguna plataforma que impide que el pie se mantenga completamente plano en el suelo. Un consejo es utilizar zapatillas de tenis blandas con amortiguación.

Las personas con artritis reumatoide o que han sufrido lesiones deportivas, como fracturas y esguinces, suelen tener mayor riesgo de padecer tendinitis en el pie.

Tendinitis de la muñeca

La tendinitis de la muñeca es una inflamación que provoca entumecimiento, hormigueo y rigidez en la muñeca y dolor al moverla.

Esta lesión suele ser más frecuente en personas que realizan actividades repetitivas y manuales, como las que se pasan el día tecleando. Por tanto, se clasifica como lesión por esfuerzo repetitivo. Para saber más sobre esta patología visita nuestro artículo completo.

Tendinitis del brazo

La tendinitis del brazo es una inflamación que, al igual que la tendinitis de la muñeca, suele aparecer por un esfuerzo repetitivo. Algunas actividades que hacen que esta lesión sea común son tocar instrumentos musicales, cocinar, lavar la ropa y limpiar la casa durante horas.

Por ello, este tipo de tendinitis es más frecuente en profesores, amas de casa, deportistas, músicos y mecánicos.

Puede provocar dificultad para mover el brazo, especialmente hacia arriba, debilidad y dificultad para sostener objetos pesados.

Tendinitis de Quervain (Tendinitis en el pulgar)

La tendinitis de De Quervain es una inflamación que afecta al tendón que conecta el pulgar con la muñeca. También se conoce como «tenosinovitis», «tendinitis del pulgar», «síndrome de De Quervain» o «enfermedad de De Quervain».

La enfermedad fue descubierta en 1985 por el médico suizo Fritz De Quervain y afecta principalmente a mujeres de entre 30 y 50 años.

La causa aún se desconoce, pero algunos estudiosos creen que este tipo de tendinitis está asociada a mantener la misma posición durante un tiempo prolongado, al esfuerzo repetitivo, a la sobrecarga y a la falta de estiramientos.

En la mayoría de los casos, la tendinitis de Quervain es unilateral, afectando sólo a una mano. El dolor se irradia desde la muñeca hasta el pulgar o el antebrazo.

Tendinitis calcificada

La tendinitis calcificada es una tendinitis del hombro en la que se produce un depósito de calcio en el tendón. Es más frecuente en personas mayores de 40 años y no se conoce con seguridad el origen de la enfermedad.

Los científicos deducen que la tendinitis calcificada está asociada a un episodio previo de tendinitis en el hombro, que puede reducir la vascularización del tendón y dar paso a la acumulación de calcio.

Los primeros síntomas son un leve dolor y molestias en la región. Si no se trata, puede provocar fuertes dolores y pérdida de movilidad.

Tendinitis de la mano

Además de la tendinitis de la muñeca y la tendinitis de Quervain, es posible presentar una tendinitis en la mano. Esta lesión afecta al «dorso de la mano» (dorso), provocando hormigueo, hinchazón y ardor. A veces puede generar una molestia como si se estirara al máximo una goma elástica.

Es más habitual en trabajadores que suelen realizar trabajos manuales y repetitivos, como mecanógrafos, limpiadores, albañiles y artistas plásticos.

La tendinitis de cadera es la inflamación del tendón que conecta los músculos con los huesos de la cadera. Provoca un dolor intenso que puede extenderse a las piernas, dificultando el movimiento y provocando calambres constantes.

Al igual que otros tipos de tendinitis, la tendinitis de cadera suele originarse por un esfuerzo repetitivo en esa región del cuerpo.

Tendinitis en el codo (epicondilitis lateral o epicondilitis medial)

La tendinitis en el codo se denomina «epicondilitis» (o, popularmente, «codo de tenista»), y provoca un fuerte dolor al mover el brazo. Aunque se origina en el codo, puede provocar debilidad en todo el brazo hasta la muñeca.

La epicondilitis, por tanto, puede dividirse en dos categorías:

  • Epicondilitis lateral: dolor que se siente en el hueso cerca de la parte exterior del codo.
  • Epicondilitis medial: dolor que se siente en el hueso de la cara interna del codo.

La epicondilitis medial suele ser más aguda que la epicondilitis lateral, sobre todo cuando el paciente intenta coger algo o estirarse.

Tendinitis: Causas

El tendón no es tan fuerte como el hueso y no es tan elástico como el músculo, por lo que, en caso de sobrecarga, es la estructura que más suele sufrir.

Así, las causas de la tendinitis suelen estar relacionadas, principalmente, con algunos factores de riesgo que provocan una sobrecarga de los tendones.

Bursitis y tendinitis

La confusión se debe a que la bursitis es una inflamación de las bursas, estructuras que están muy cerca de los tendones, y presenta síntomas similares a los de la tendinitis.

Para diferenciarlas, es necesario realizar exámenes físicos y de imagen. A veces puede ocurrir que una tendinitis derive en una bursitis y viceversa.

Calambres y tendinitis

El calambre es un dolor de origen repentino, asociado a una contracción muscular. Por lo tanto, es temporal y bastante puntual, probablemente resultado de algún movimiento específico.

Esto es muy diferente de la tendinitis, que es un dolor de aparición insidiosa y más duradera. El examen clínico del médico es la mejor manera de hacer esta diferenciación.

Factores de riesgo

La tendinitis se manifiesta por un dolor localizado en el lugar del tendón dañado y se produce durante el movimiento y a la palpación. Puede ser causada por:

  • Traumatismos graves.
  • envejecimiento.
  • sobrepeso.
  • tensión excesiva.
  • microtraumas repetidos.
  • postura incorrecta (la postura es la posición del cuerpo humano en el espacio y la relación relativa entre sus segmentos corporales).
  • estilo de vida sedentario.
  • pies planos y rodillas en valgo, condiciones presentes al nacer (congénitas).
  • ejercicio que sobrecarga ciertas articulaciones, como el codo de tenista.

El riesgo de tendinitis puede aumentar en presencia de:

  • enfermedades, como la artritis reumatoide, la hipercolesterolemia, la gota y la diabetes.
  • tomar antibióticos de quinolona.
  • infiltración frecuente con corticosteroides.

Síntomas de la tendinitis

Los síntomas más comunes de la tendinitis son

  • Dolor local, que puede irradiarse a todos los músculos circundantes.
  • Fatiga.
  • Pérdida de fuerza.
  • Rigidez y dolor al moverse.
  • Hinchazón.
  • Calor.
  • Enrojecimiento.
  • Hormigueo.
  • Pérdida de movilidad.
  • Atrofia muscular.

Diagnóstico de la tendinitis

Si tienes dudas sobre cómo diagnosticar una tendinitis, los especialistas más adecuados para ello son:

El diagnóstico de la tendinitis suele hacerse a través de la historia que el paciente cuenta al médico y mediante la exploración física. El profesional buscará signos de dolor y sensibilidad en los lugares indicados por el paciente. Hay pruebas físicas específicas para cada tipo de tendón.

Sin embargo, el médico puede solicitar algunos exámenes de imagen que considere oportunos para asegurarse de que el diagnóstico es correcto, para evaluar el grado de inflamación y, también, para eliminar otras posibles causas de dolor.

Exámenes

Exámenes físicos

La duda sobre qué examen es el más indicado para descubrir una tendinitis es común. Según los fisioterapeutas, el método más utilizado para diagnosticar la tendinitis es el examen físico. Con ello, el médico puede comprobar si el problema es una tendinitis, una lesión muscular o una lesión articular.

Exámenes de imagen

Para el diagnóstico de la tendinitis, los exámenes de imagen son complementarios. Los más frecuentes son la ecografía y la resonancia magnética nuclear.

La ecografía es más barata y accesible, pero presenta menos detalles de las lesiones. La resonancia magnética, en cambio, es más cara y tiene radiactividad, pero muestra un nivel de detalle mucho mayor.

Buscar ayuda médica

La mayoría de los casos de tendinitis se resuelven en pocos días con reposo en la zona afectada. Lo mejor es acudir al médico si los síntomas persisten.

En la consulta, describe todos tus síntomas y haz preguntas. Prepárate también para responder a las preguntas del médico. Aquí tienes algunos ejemplos:

  • ¿Dónde sientes dolor?
  • ¿Cuándo empezó el dolor?
  • ¿Tienes dolor cuando duermes?
  • ¿El dolor fue causado por una lesión?
  • ¿Has notado alguna hinchazón?
  • ¿Tu trabajo implica la repetición de movimientos?
  • ¿Qué deportes practicas?
  • ¿Sientes dolor al realizar algunos movimientos? ¿Cuáles?

Tratamiento de la tendinitis

El tratamiento de la tendinitis puede dividirse en algunas categorías, según la localización, la intensidad y las complicaciones.

Cómo aliviar la tendinitis

  • Descansar y evitar el movimiento de la zona afectada (el tratamiento de la tendinitis en el hombro puede hacerse con una férula.
  • y en la muñeca, con una férula).
  • Usa compresas.
  • Toma medicamentos antiinflamatorios.
  • Realizar acupuntura.
  • Haz fisioterapia para la analgesia (ultrasonidos, láser, masaje miofascial).

El tiempo de reposo debe ser determinado por el médico: los periodos de reposo prolongados pueden provocar adherencias y atrofia muscular y son perjudiciales.

Algunas personas todavía se preguntan qué compresa es la más indicada para la tendinitis. Según el fisioterapeuta Marcel Tomonori Sera, lo ideal es utilizar compresas de hielo para los casos agudos (recientes) y compresas de agua caliente para los casos crónicos (que llevan semanas).

En cuanto a los antiinflamatorios para la tendinitis, toma sólo los que te recete el médico y nunca te automediques.

Cómo evitar que la tendinitis vuelva a aparecer

  • Corrige tu postura.
  • Mejorar la ergonomía en el trabajo.
  • Estiramiento.
  • Fortalece tus músculos.
  • Respeta el aviso de dolor.
  • Cambiar los hábitos, adoptando descansos y estiramientos durante la jornada laboral.

Cirugía de la tendinitis

En algunos casos, cuando los tratamientos tradicionales fracasan, puede ser necesaria una intervención quirúrgica.

La cirugía para la tendinitis se centra en descomprimir un tendón tenso, liberar las adherencias y eliminar la inflamación alrededor del tendón, resecar la fibrosis o la calcificación dentro del tendón, o tener que suturarlo para corregir una lesión.

¿La tendinitis es curable?

Cuando se trata correctamente y en las primeras fases, la tendinitis es curable. Lo que hay que vigilar es la aparición de procesos inflamatorios recurrentes, porque pueden causar daños irreversibles en el lugar lesionado. En estos casos, suelen estar indicados tratamientos más invasivos, como la cirugía.

Medicamentos para la tendinitis

Los mejores medicamentos para la tendinitis son:

  • Bi Profenid.
  • Cataflampro.
  • Cetofenid (solución.
  • Cetoprofeno.
  • Diclofenaco dietilamonio.
  • Fenaflan.
  • Flanax 550mg.
  • Ibupril 300mg.
  • Ibupril 400mg.
  • Ibupril 600mg.
  • Ibuprofeno.
  • Meloxicam.
  • Naproxeno.
  • Profenid.

Sólo un médico puede decirte qué medicamento para la tendinitis es el mejor para ti, así como la dosis correcta y la duración del tratamiento. Sigue siempre al pie de la letra las instrucciones de tu médico y NUNCA te trates a ti mismo.

No dejes de usar el medicamento sin consultar antes con el médico y, si lo tomas más de una vez o en cantidades mucho mayores de las prescritas, sigue las instrucciones del prospecto.

Pronóstico

La recuperación de la tendinitis requiere reposo e inmovilización de los tendones afectados, que son medidas útiles. Esto puede conseguirse utilizando una férula o un soporte extraíble. Aplicar calor o frío en la zona afectada también puede ayudar, así como la fisioterapia y la acupuntura.

Cuánto puede durar la tendinitis

La duración de una tendinitis puede variar, dependiendo de cada caso. En general, la recuperación de una tendinitis más leve puede ser de unos días a 6 semanas. Las tendinitis graves pueden durar hasta 9 meses.

No excedas el descanso

Además, mantén siempre elevada la zona inflamada para reducir el enrojecimiento y la sudoración en las zonas afectadas.

Pero atención: aunque el reposo es una de las medidas más recomendadas por los médicos, pasar mucho tiempo sin ejercitar el lugar de la inflamación puede empeorar la tendinitis.

Por lo tanto, es importante mantener el reposo al principio del tratamiento, pero, después, intenta añadir algunos ejercicios ligeros a tu rutina para estirar y fortalecer el músculo, evitando la atrofia.

Posibles complicaciones

La tendinitis puede ser aguda (historia de dolor reciente, hasta 45 días) o, si no se trata, convertirse en un problema crónico.

Sin un tratamiento adecuado, la tendinitis puede provocar problemas más graves, como la rotura del tendón, que puede requerir una intervención quirúrgica para reparar el daño. También puede dar lugar a otras lesiones y a una reaparición de la tendinitis.

Prevención

Las principales medidas que pueden prevenir la tendinitis consisten en

  • Evita los movimientos repetitivos.
  • Estiramiento durante el día.
  • Haz ejercicio regularmente.
  • No excedas la intensidad o el peso durante el ejercicio.
  • No olvides nunca estirar antes y después del ejercicio.
  • Presta atención a la postura.

Así, la prevención de la tendinitis se centra en «fortalecer el tendón y corregir el movimiento durante la práctica deportiva, es decir, mejorar la técnica deportiva», dicen los traumatólogos.

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Mario Guzmán López
Redactor Freelance con 7 años de experiencia. Especializado en salud y nutrición.